El C.D. Numancia cayó derrotado en la tarde de ayer por 4-6 frente al Barça B, y de esta forma comprobó como se las gasta el filial azulgrana en un partido loco marcado por la debilidad defensiva local y por el acierto de los visitantes, que nunca se conformaron con el empate y le endosaron seis goles al equipo soriano en su propio feudo (4-6). La apuesta por el buen fútbol tiene sus riesgos cuando se rompe el equilibrio en un equipo y eso lo consiguió el filial azulgrana con velocidad y corriendo y con las jugadas de estrategia, donde sacó los colores a la lenta defensa rojilla.
Tras una primera parte justamente nivelada -con empate a uno en el marcador, el Numancia remontó por primera vez en Los Pajaritos con un tanto tempranero de Cedric, pero después no supo guardar la ropa y cerrar el partido mientras el Barça se fue arriba y, a base de velocidad, le metió primero el miedo en el cuerpo a la defensa local y luego le sacó los colores.
Los goles fueron cayendo sin poder casi celebrarse
En apenas cuatro minutos, Jonathan Soriano -que hizo tres- le dio la vuelta de nuevo al marcador, pero el Numancia empató en un balón suelto en el área visitante cazado por el recién incorporado Iñigo Vélez. Espinosa, cinco minutos después, ponía en evidencia a los centrales locales y ponía de nuevo en ventaja a los azulgranas, pero el Numancia, en dos latigazos de Del Pino y Barkero, que se fueron al larguero, pudo volver a protagonizar otra remontada.
Tras una jugada de Nolito en el que el árbitro no señaló un penalti por mano de un defensor rojillo, llegó otro penalti clarísimo de Oier, que se llevó a Iñigo Vélez en su salida. El penalti lo transformó en el cuarto empate Barkero. Faltaban diez minutos pero el partido continuaba "loco" y la defensa numantina era un coladero. Benjamín Martínez, a la salida de un córner, y Oriol, en una jugada de listos, cerró el resultado, con un "set" histórico en Los Pajaritos.
Cabe destacar el arreón final en la segunda parte tanto por parte del equipo como del grupo, que no dejó de animar ni un minuto. Ya sabéis, que solemos crecernos frente a las adversidades, y una vez más, al finalizar el encuentro, Orgullo Numantino se quedó en la grada, ya con el campo vacío, animando a nuestro equipo y defendiendo nuestros colores.