El ejemplo del Numancia
El sábado estuve en Soria, una tierra a la que adoro. Son mis orígenes, mis
raíces, lo que nunca una persona debiera olvidar. La gente soriana es sencilla,
humilde, austera, noble. Su autenticidad es una marca de distinción que deben
conocer y mantener las nuevas generaciones. Y subí a las tierras del alto Duero
para ver al Numancia, primero en fútbol y, minutos después, en la Supercopa de
voleibol, bajo la denominación Ciudad del medio ambiente.
El C.D. Numancia de Soria es un ejemplo de valores, de buena gestión, de
modestia, de sentimientos. Con humildes presupuestos, lleva ya 16 temporadas
consecutivas en la Liga de Fútbol Profesional. Decía su presidente, Paco Rubio,
gran artífice de este milagro, que se ha llegado a esa cifra manteniendo el
compromiso ineludible con el rigor, el equilibrio, la seriedad y el
cumplimiento con los acuerdos firmados. Es cierto. Muchos jugadores han tenido
mejores ofertas económicas pero han decido fichar por el Numancia, porque saben
que aquí van a cobrar. Ahora que tanto se habla de leyes concursales y de que
los clubes españoles de fútbol han de cumplir con un modelo de gestión real y equilibrado,
el Numancia lo lleva ejerciendo desde hace más de 10 años. Casi siempre con un
pequeño superávit al final de cada temporada.
Yo era muy niño, pero aún recuerdo cuando el Numancia jugaba en el viejo
campo de tierra de San Andrés, en lo alto de la Dehesa. Y también cuando en
1973, se quedó sin ese escenario y, como la ciudad carecía de un campo de
fútbol reglamentario, tuvo que jugar un año en el "exilio", en el
campo de La Arboleda de Almazán y en el Municipal de El Burgo de Osma. Aquella
temporada, el Numancia acabó el decimotercer lugar de la Primera Regional
Preferente aragonesa. El "destierro" no podía continuar. El club
estaba en una situación delicadísima. Dos meses antes de empezar la Liga no
había campo. Pero ahí estaba la afición numantina, esos sorianos de corazón a
los que tanto admiro. Un grupo de heroicos aficionados, aprovechando la cesión
de unos terrenos en Garray, a unos 7 km de la capital y al lado de las ruinas
de Numancia, decidieron construir con sus propias manos una rudimentaria grada
de madera y acondicionar un campo de fútbol, el campo de San Juan de Garray,
inaugurado el 15 de septiembre de 1974. Allí vi entusiasmado algún partido en
mis inolvidables veranos de la infancia. Y allí acudieron sin falta, jornada a
jornada, los fieles aficionados numantinos, esos que retiraban la nieve del
campo si era necesario, los que desafiaban al cierzo y las temperaturas bajo
cero, para animar a su equipo del alma, en duros partidos de categoría
regional.
Ahora el Numancia puede presumir de mantener el mismo espíritu y los mismos
valores de honradez, humildad, esfuerzo e ilusión. Y además, de contar con el
precioso estadio de Los Pajaritos, a la medida de la ciudad, y una envidiable
Ciudad del fútbol "Francisco Rubio", financiada al 100 % por el club,
en la que se forman más de 300 chavales. Y puede presumir, también, con ser uno
de los pocos equipos en el mundo que fue capaz de derrotar en competición
oficial a aquel Barça de Guardiola que ganó seis títulos en la misma temporada,
o de golear al Madrid de los galácticos. Y tampoco los seguidores numantinos
olvidaremos aquella Copa el Rey en la que, desde 2ª B, se plantó cara al
"dream team" de Cruyff, y hasta 10.000 aficionados sorianos fuimos al
Camp Nou, lo que muy pocos rivales del Barça han conseguido reunir en tantos
años de partidos en el feudo azulgrana.
Ahora, años después, vuelvo a ver un partido del Numancia. Escucho los
tambores y los inagotables gritos de ánimo de los chavales del "Frente
rojillo" y el "Orgullo numantino", y aprendo de la sabiduría de
los aficionados más veteranos, que me explican historias llenas de sentimiento
"rojillo". Ganamos al Lugo (permitidme que utilice esa forma verbal)
por 3 a 0.
Y luego, al voleibol, con el Polideportivo de Los Pajaritos lleno para ver
la Supercopa frente al CAI Teruel. Un gran ambiente de entusiasmo, con "La
curva soriana" imparable y la ejemplar y familiar afición turolense. Ganó
Teruel porque, simplemente, ahora mismo son mejores. Pero nadie salió triste o
decepcionado. Lo que vi en ese polideportivo fue espíritu deportivo auténtico.
Es curioso, dos de las capitales españolas desde siempre más olvidadas por el
centralismo, por los políticos, por los gobiernos autonómicos, por todos los
regímenes políticos de los últimos dos siglos, lideran el voleibol nacional. Y
con su ejemplo, gritaron en silencio, una vez más, "Soria ya" y
"Teruel existe".
Me voy de Soria,
recordando una vez más a Machado. Amigos del Numancia, "conmigo vais, mi
corazón os lleva".
Fuente: http://blogs.as.com/deporte-vida/2012/10/el-ejemplo-del-numancia.html
José Luis López es doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, especialista de atletismo de la Cadena SER y Canal+, profesor de la Universidad de Vic y entrenador nacional de atletismo. Ha trabajado en siete Juegos Olímpicos y otras muchas competiciones internacionales de atletismo en más de 35 países.