Te das cuenta de que te vas haciendo mayor, cuando recuerdas comprar con el dinero que te había dado tu padre, unas papeletas para la rifa de un jamón, a un señor con sus manos tatuadas en la fría grada de la gran tribuna de hormigón de Los Pajaritos, en un Numancia - Beasain cualquiera.
Hoy lo vuelves a recordar con los ojos vidriosos cuando te enteras de que aquel señor nos dejó ayer a los 87 años de edad. Guaje fue utillero del Numancia durante más de cincuenta años. Fue un símbolos del fútbol modesto, y de los valores numantinos. Desde estas líneas únicamente nos queda dar nuestro más sentido pésame a familiares y amigos. Guaje allá donde vayas, siempre serás un numantino eterno.